Narración Fotográfica de Michael Freeman

 


En un inicio, realizar una serie fotográfica que narrara los acontecimientos en los lugares y momentos exactos resultaba difícil por el manejo y velocidad lenta de las cámaras de finales del siglo XIX. Gracias al avance tecnológico, más en concreto en la década de 1920, se permitió explorar nuevos tipos de fotografías, favoreciendo a lo que se conocería como fotoperiodismo. Estas cámaras fueron: La Ermanox, que fue popularizada por el fotoperiodista Erich Salomon, quien sacó provecho de su portabilidad y objetivo luminosos,f/1.8, para tomar fotografías a gente importante de manera discreta. Y la Leica, cámara que usaba película de 35 mm, manejable, resistente y silenciosa, perfecta y popular por su manejo discreto. La contribución de estas cámaras se acrecentó en mitad del siglo xx, época en la que la humanidad pasó por una gran tensión. Primera Guerra Mundial, revolución Rusa, Gran Depresión, etc. Todos estos acontecimientos necesitaron ser retratados y esparcidos de manera rápida por el mundo, y fue ahí donde entraron los fotógrafos de reportajes y documentalistas. La era de la captura inmediata de momentos de la vida y el arte habían comenzado. La fórmula Narrativa Clásica. Pese a que una estructura narrativa del guion no es similar a la de un ensayo fotográfico, pues las fotografías tienen una función diferente a la de las películas, con sus diálogos y música. Esto puede funcionar para plantear las bases de cómo progresa la narración en una historia, que por lo general se divide en tres actos. Siempre se parte desde el comienzo de un conflicto (apertura), que crece a medida que la narración avanza (cuerpo), y por último termina resolviéndose (cierre). A estos tres elementos, en lo que respecta a la narración fotográfica, se le suma uno más: el clímax, la imagen más impactante en el conjunto. Siguiendo esta estructura, la foto de apertura tiene el deber de ser la que capte la atención del espectador. El cuerpo tiene que ser proporcional al nivel de interés de la narración; su longitud puede ser cualquiera. Y el cierre sigue un proceso en el que debe ir bajando el pico de interés paulatinamente. Al seguir esta estructura se necesita de un gran nivel de estudio de nuestras imágenes y el tema y/o narración al que se seguirá, pues al para escoger una imagen para la apertura, se necesita que sea revelarte y genere atención hacia el tema, además de que no volverá a ser usada en toda la secuencia. Al igual que las imágenes que acompañarán al cierre, pues la foto más potentes se usan en la apertura y el cuerpo, por lo que las opciones suelen ser limitadas. Pauta y Ritmo Dentro de la narración fotográfica la pauta está ligada al ritmo, el ritmo vendría siendo la variedad en la secuencia, no todas nuestras imágenes gozarán del mismo peso, unas serán claves para la narración que otras, por lo que depende de la pauta para determinar que, en conjunto, estas imágenes con peso menor puedan complementar a las imágenes claves. Caso Práctico: Country Doctor En 1948, W. Eugene Smith, bajo el encargo de la revista Life, durante 4 semanas retrató la jornada del Dr. Ernest Ceriani, un médico joven que había dejado una exitosa carrera en una gran ciudad para trabajar como médico general en Kremmling, un pueblo rural. Consiguiendo así lo que se consideraría como el primer ensayo fotográfico moderno. El propósito de Life era buscar una historia centrada en el drama de las vidas de las personas, al igual que la modernización de la medicina en el ámbito local. Con esto en mente, la revista realizó una larga investigación en distintas regiones, intentando localizar a un médico que serviría como protagonista. El Dr. Ceriani fue perfecto, alguien energético, generoso, infatigable y bien parecido, que se distanciaba totalmente del cliché de un hombre viejo. Para la toma de imágenes primero se elaboró un guion tratando de anticiparse a las situaciones que podrían ocurrir al documentar el trabajo del doctor. Servía como orientativo para Smith, aunque se dependería del conseguir imágenes potentes que contribuyan a la historia que la revista quería contar. Smith utilizó tres cámaras: 35 mm, 10x12 y 6x6. Con las que seguiría al médico en su jornada, relacionándose con él y con los habitantes del pueblo. En la portada, se optó por un plano donde quede claro el aspecto y rutina del doctor. En la apertura se ve la vida laboral en la que está implicado. La primera doble página como su rutina invade a su vida personal. Segundo y tercera doble página, situaciones de urgencia y emocionalmente dramáticas. Y por último, el cierre, el médico posando luego de un largo día de trabajo, con un tabaco y un café en sus manos. Informar sobre un ensayo fotográfico es una tarea que requiere habilidades periodísticas y artísticas, una planificación cuidadosa y una comprensión profunda del tema sobre el que se informa. El primer paso del proceso es elegir un tema que sea visualmente atractivo y que tenga una narrativa interesante. El tema debe ser identificable y con un contexto que cuente la historia visualmente. Es muy importante investigar a fondo el tema, comprender el contexto y los detalles que lo rodean y definir el enfoque que adoptará para su ensayo fotográfico. Una vez que haya elegido su tema, el siguiente paso es planificar la estructura de su artículo. Esto incluye decidir cómo contar una historia a través de imágenes. ¿Quieres seguir una línea de tiempo, un enfoque temático o un contraste entre diferentes aspectos de un tema? En esta etapa es útil delinear la narrativa básica, identificar los momentos clave que deseas capturar y las posibles escenas. Con la narrativa en mente, llegamos a la parte práctica de la fotografía. Es importante estar preparado para capturar momentos de espontaneidad y saber cuándo y cómo intervenir para conseguir la toma que necesitas. La observación y la paciencia son fundamentales, ya que una buena redacción fotográfica suele requerir tiempo y capacidad de esperar el momento adecuado. Es importante prestar atención a los detalles, expresiones e interacciones que añaden profundidad a una historia visual. Después de tomar una foto, es hora de seleccionarla y editarla. Esta es probablemente una de las partes más importantes del proceso. Se deben revisar todas las imágenes y seleccionar aquellas que mejor representen la historia que se quiere contar. Es una buena idea encontrar un equilibrio entre tomas amplias que proporcionen contexto y primeros planos que capturen detalles y emociones. Los editores deben tener cuidado de mantener la coherencia visual y resaltar los aspectos más importantes de cada imagen. La improvisación en la fotografía narrativa requiere flexibilidad para aceptar oportunidades inesperadas que surgen en el proceso de trabajo. Siempre se debe mantener la mente abierta y estén dispuestos a desviarse del plan original cuando surjan situaciones interesantes o emocionales. Esto no solo crea una imagen más realista y poderosa, sino que también puede revelar ángulos y perspectivas que originalmente se pasaron por alto. La intuición es impórtate al hablar de la improvisación. Desarrollar un instinto para reconocer momentos significativos a medida que ocurren, algo que se logra mediante la práctica constante y el análisis sobre los proyectos realizados antes. La improvisación no es simplemente una reacción impulsiva, sino que se apoya en el estudio en profundidad del tema y de la narrativa que se está construyendo.

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