Araceli Gilbert

Araceli Gilbert


Nació en Guayaquil, Ecuador, en el año 1913. Su padre era doctor fundador de la clínica Guayaquil. Araceli goza de una educación refinada y aristocrática. Ya en la adultez estudió en la escuela de Bellas Artes, para luego continuar sus estudios en Nueva York y París, donde se unió a la Escuela de París, donde quedó fascinada por el arte abstracto geométrico. Se relacionó con artistas de renombre y expuso en varias galerías de arte. Su obra se relaciona con la corriente del constructivismo ruso, destacando por su énfasis en la tridimensionalidad, el uso de líneas inclinadas, motivos abstractos y formas geométricas y lineales. Estas características marcan una clara diferencia con las tendencias artísticas predominantes en Ecuador en ese momento. Araceli Gilbert Elizalde fue una artista innovadora y pionera en el movimiento pictórico ecuatoriano de los años cuarenta. En la Academia de Bellas Artes de Chile, empezó con un “objetivismo limpio y abstracto”, para continuar perfeccionando su arte y llegar a obras como “Composición de máscaras”, con formas simples y un concreto uso del color. Armó un diálogo con la geometría en un momento en que en Ecuador y América Latina la tendencia hacia el realismo social era muy marcada. Ese fue un aporte fundamental para el arte en Ecuador, junto con Mauricio Bueno, Luis Molinari y Enrique Tábara. Estudió en Guayaquil con Hans Michaelson, profesor de arte venido de Alemania. La familia Icaza, cuyo abuelo había sido ministro plenipotenciario en Berlín, consiguió que el profesor Michaelson viniera en los años 40 y con él se creó la escuela de Bellas Artes donde estudió Araceli. Luego estudió a Nueva York y, ya con experiencia, viajó a París donde se unió a la Escuela de París, trabajando bajo la influencia de Auguste Herbin, uno de los creadores del grupo Abstraction-Creation, una asociación de artistas abstractos formada para contrarrestar al surrealismo y fomentar el arte abstracto. Francia marcó su vida. Marcia Gilbert, su sobrina que vivió con ella de niña, recuerda que ese fue un punto muy importante en su vida artística “porque en París se codeaba con pintores de mucho prestigio y pudo exponer en galerías de arte de gran renombre”. Ella siempre fue muy intensa, ahí abrazó totalmente el arte abstracto, geométrico y lo cultivó hasta el final de su vida“”. Su obra tiene que ver con la propuesta rusa del constructivismo, con predominio de la tridimensionalidad y las líneas inclinadas, motivos abstractos, formas geométricas y lineales, que marcan distancia de lo que se hacía entonces en Ecuador. En la Universidad de las Artes, en Guayaquil, existe una cátedra en la que se trabaja a partir de la obra de Araceli para que los estudiantes la conozcan, valoren y estimen a esta figura primordial del arte ecuatoriano. Con su técnica y su expresión enriquecidas y refinadas, a partir de la integración de color y forma, consiguió el perfecto equilibrio en su obra. Cuando regresó al Ecuador, se expuso por primera vez en Quito, en 1959. Su presencia conmocionó al medio cultural, pues traía aires nuevos y retadores para las artes del país. En 1960 asistió al IV Salón de Octubre en Guayaquil, y al año siguiente al “Mariano Aguilera”, allí su obra fue ponderada y reconocida. “Composición Sobre Blanco” y “Formas en Equilibrio” (1961) y “Réquiem por Sydney Bechet” (1963), son obras principales de esa época. Su ritmo y su color fueron una energía renovadora del arte ecuatoriano.






El crítico de arte, Lenin Oña, reconoce que Araceli perteneció a una generación en la que ser artista, pintor o escultor, era extraño, y doblemente para las mujeres, al comienzo del siglo XX. “Su estilo no se parecía para nada a los estudios de los pintores.” Logró en pocas obras un rigor y una capacidad de expresión de ideas artísticas como pocos artistas lo han logrado. La describe como una hada madrina que abrió las puertas de la modernidad. Araceli pintaba oyendo música y muy concentrada. Con una gran sensibilidad para todas las formas de arte, apreciaba la literatura, la música, el jazz, la música barroca. Sus ideas, sus conversaciones eran siempre muy ilustradas; le gustaba el cine, el arte y los conciertos.


En 1953, asiste a un curso de tecnología en pintura impartido por Jean Dewasne, un destacado artista abstracto de París. Al año siguiente, en 1954, realiza una exposición individual en la Galería Arnaud de París, donde presenta un álbum de litografías con prólogo de León Degand. Luego, en 1955, regresa a su país y contrae matrimonio con Rolf Blomberg, un reconocido escritor, fotógrafo y explorador sueco. Se casaría con el explorador suizo Rolf Blomberg. Ella disfrutaba de las películas, los libros y las aventuras, así como de las cosas que él traía de sus expediciones. A su vez, a Rolf le gustaba lo que ella realizaba. Él le permitía expresarse artísticamente sin restricciones y no era un esposo dominante. Gran parte de su obra está vendida alrededor del mundo, solo una de sus pinturas se encuentra en Ecuador, dentro de la Alianza Francesa.

Fuentes:
https://mandragorateatro.org/araceli-gilbert/
https://www.archivoblomberg.org/araceli_gilbert.html
https://n24galeria.com/project/araceli-gilbert/
https://issuu.com/proyectoquimestraluesfa/docs/una_mujer_2_/s/16257690

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